Ayer a mediodía terminé "After dark" de Murakami y sentí una rara mezcla de satisfacción y decepción...Primero comprobé bien mi pdf para ver si no le faltaban hojas o capítulos enteros, aunque sabía que podía descartar esa opción. En mi lectura iba alterando el audiobook en inglés durante mis desplazamientos diarios y el pdf en español, y todo coincidía perfectamente. ¿Entonces? Sin revelar el trama a los que todavía no han leído la novela, voy a decir que el libro no resuelve absolutamentete nada, todo se queda suspendido. Hay crimen sin castigo, la bella durmiente que no se despierta, el más allá que es más acá que allá... Me quedaría más tranquila si en la última página apareciese to be continued pero no... Tendré que vivir para siempre, maldiciendo a Murakami que me presentó con los personajes que desaparecen de mi vida sin terminar de contar sus historias, y nunca volveré a verlos...
Sin embargo es una buena novela aunque no me gustara el final. De hecho, no hay un sólo libro de Murakami, que me guste como termina. Siendo sincera, ni me acuerdo como terminan y muchas veces ni me acuerdo de la trama. Y lo sigo leyendo, devorando... ¿Por qué?
Ayer tuve una conversación interesante justo sobre esto. Llegamos a la conclusión que Murakami, que nadie se ofenda, no es un cuentahistorias excepcional. Ni es de estos, que a cada rato tienes ganas de subrayar y compartir en alguna de las múltiples redes sociales algún pensamiento genial de su autoría. No. ¿Entonces?
¿Han visto alguna de las películas de Wong Kar-Wai, por lo menos la diluida para el mercado americano "Blue Berry Nights"? En sus películas no pasa casi nada, o por lo menos no es lo más importante, pero la manera de narrar, las imágenes que utiliza, los colores, las tomas inusuales, hacen de cada escena un manjar para los ojos del espectador. No sé si sea típico de los artistas orientales, no soy experta en el tema, pero con Murakami me pasa algo muy parecido. Disfrutas la lectura, hasta los límites del placer, te dejas envolver por los mundos tan conocidos y tan extraños al mismo tiempo, una feria de colores y de sonidos invade tus sentidos, lees, fluyes, vuelas y... no quieres que se termine. Disfrutas el viaje y te da igual a donde te lleva el camino.
Cuesta, estamos acostumbrados a que nos cuenten historietas, queremos problemas con soluciones, por lo menos en los mundos ficticios y Murakami no nos ofrece esto. Al cerrar el libro todavía sientes la multitud de sabores en tu boca, sin acordarte de cada uno de los ingredientes del plato. Me quedo con la imagen del hombre con la máscara traslúcida, con la angustia y resignación de la mujer de Shirakawa, con el love hotel Alphaville, con Eri que no quiere despertarse...
Con su entrada me dejo pensativa... realmente no me gustan los finales inconclusos o mas bien que no parezcan finales, así que no me dejo con la inquietud de leer ese libro pero por otra parte si lo quiero leer por la historia NO por el final.
ResponderEliminar-Mely-
ni siquiera por la historia, pero por el ambiente que crea vale la pena :)
ResponderEliminar