El sábado fui a la FIL. Por primera vez desde que estoy en México. El año pasado la sinusitis mató el sueño. Bueno, esta vez, después de 5 horas en camión por fin pude vivir la experiencia. Impresionante. En un país donde en teoría se lee poco, los pabellones de la expo estaban repletos. La gente de todas las edades caminaba extasiada (así por lo menos me sentía yo) entre los anaqueles cargados de obras literarias.
Un escenario muy borgeano. Sin embargo, cuando Borges se imaginaba en un paraíso de esta índole, seguro que no estaba limitado por el dinero que traía en los bolsillos para perderse entre las voces de los
autores de todos los tiempos. Es mi único "pero". Es verdad que en la
FIL puedes encontrar libros más baratos que en las librerías, pero de
todas formas siguen siendo caros. Algunas ediciones de tapa dura cuestan más de $500. Para los que este precio no les dice nada, es la décima parte de lo que
pago por rentar mi departamento. Es como si en España costara más de 80euros. Para muchas personas es una barrera
insuperable. Se podrían bajar los precios, si el gobierno mexicano decidiera
recortar el IVA, y dejara de tratar los libros como si fueran artículos
de lujo. El IVA de los libros en México es igual al de otros artículos.
Para comparar, en Polonia son 7% versus 21% de otros productos; en
Inglaterra... 0%. Sé, que las tasas de lectura no
son lo que más le preocupa al gobierno de México en este momento, pero
tal vez haya más conexión de la que se
cree entre el creciente número de crímenes que se
cometen y la cantidad de historias que leen los niños.
Mario Vargas Llosa y yo. (Fot. Luis Domínguez) |
Aparte de esta triste reflexión, la
FIL me ganó por completo. Después de un doloroso proceso de selección en
mis estanterías aterrizaron: Murakami, Volpi, Oz, Zizek, Hawking, Kant,
Ortega y Gasset, Hessing, Papini, un DVD sobre Nicolás Guillen y un CD
con poemas de Neruda leidos por Jaime Sabines. Y, como se puede ver en la foto, un libro de Vargas
Llosa, con quien tuve la oportunidad de platicar un rato,
aprovechándome de mi "exotismo". El novelista acaba de regresar de Polonia, de la feria del libro organizada en Cracovia, mi ciudad natal, y como me comentó, le gustó mucho. Obviamente. :)
No sé cuándo me va a dar tiempo para disfrutar de todas mis compras, porque ya estoy leyendo otros tres libros pero vienen las vacaciones de Navidad. Y espero que también tenga un rato para dejar algún testimonio de mis lecturas.